De la prehistoria salmantina poco se sabe, ya que los primeros vestigios históricos pertenecen a la época en que el territorio estaba habitado por los Vettones, que fundaron algunas ciudades entre las que destacan Salmantica (Salamanca), Mirobriga (Ciudad Rodrigo), Bletisa (Ledesma) y Oronia (Fuenteguinaldo) entre otras.   Su legado más importante fueron los “verracos” de Salamanca y Ciudad Rodrigo.   

  En el 218 a.C. llegaron a Salamanca las huestes de Aníbal, conquistando la ciudad sin necesidad de lucha. Poco tiempo después entraron las legiones romanas en la Península y, tras las guerras lusitanas y celtibéricas la provincia pasó a ser parte de la provincia romana de Lusitania. Existen muchos restos de esta época por toda la provincia, como el puente romano de Salamanca, la Vía de La Plata, la fuente romana de Peñaparda o el puente romano sobre el Río Águeda en El Payo.

  Del paso de los visigodos por Salamanca no quedan apenas huellas, a excepción de los  sarcófago de Irueña (Fuenteguinaldo).

  En el  año 712 el último rey godo, Don Rodrigo se refugió de la invasión musulmana en tierras charras. La presencia de este pueblo no fue profunda en la provincia y pronto formó parte de los reinos de Asturias primero y de León posteriormente.  

  Sin embargo, no fue tarea facil y , después de que Alfonso I  reconquistara Ledesma y Salamanca en el año 763, volvieron a caer en manos árabes hasta el año 863, con Orodño I, y nuevamente con Alfonso III. Finalmente,tras luchas internas y enormes conflictos, Salamanca pasa a formar parte del reino de León en el 910. Tras las enormes pérdidas sufridas durante el periodo de la Reconquista, Ramiro II impulsó la repoblación del territorio, destacando Salamanca, Peñaranda, Ledesma y Vitigudino..