Las Juntas Generales, junto a las demás instituciones de la provincia, obtuvieron cada vez más poder y competencias a lo largo de la Edad Moderna. Entre otros privilegios, Vizcaya, al igual que a Álava y Guipúzcoa, fue nombrada “Provincia exenta de impuestos”.

  En el siglo XVII las epidemias y la crisis económica detuvieron el crecimiento de la población, con el consecuente incremento de los conflictos sociales, con ejemplos como la Rebelión de la Sal (1631-34).

  Hasta el último cuarto del s. XVIII fue una época de crecimiento, tanto en la agricultura, como en la manufactura y el comercio. La guerra de la Convención (1794-95) y de la Independencia (1808-13) agravaron la situación económica de la provincia.

  Así, los primeros impulsos a la industrialización fueron demasiado débiles. Las Guerras Carlistas fueron condicionadas por las contradicciones sociales, estando Bilbao en manos de los liberales, mientras que la mayor parte de la provincia era dominada por los carlistas. El resultado de la segunda Guerra Carlista fue la pérdida de los fueros (1876) y la integración de Vizcaya en España fue casi total.

  Los principales acontecimientos de final de siglo fueron la aceleración del proceso de industrialización y el nacimiento del nacionalismo. Otra de las consecuencias de la industrialización es el desarrollo del socialismo.

  El primer tercio del siglo XX tuvo estas características desde el punto de vista económico: por un lado la continuación del proceso de industrialización; por otro los grandes beneficios obtenidos por los capitalistas vizcaínos a causa de la Primera Guerra Mundial y, por fin, las dificultades creadas por la crisis de los años 30.

  En el s.XX destaca también el Estatuto de Autonomía de 1936 que, a causa de la Guerra Civil Española (1936-1939), no se puso en vigor más que en Vizcaya. A pesar del bombardeo de Guernica, que se convirtió en símbolo de los horrores de la guerra, a mediados de 1937 se puede considerar terminado el conflicto en el territorio. El Régimen de Franco abolió el Estatuto.

  Después de los duros tiempos de la posguerra, a partir de los años 50 comenzó de nuevo el crecimiento económico y en la siguiente década se aceleró. La fundación de ETA y la violencia política se sitúan en este momento. Vizcaya, junto con Álava y Guipúzcoa constituyó la Comunidad Autónoma Vasca de acuerdo con el Estatuto de Guernica de 1981 y se restablecieron las Juntas Generales y el Concierto Económico.

  De clima templado y precipitaciones abundantes, esta provincia destaca por su riqueza tanto natural como económica. La capital de la provincia, Bilbao, ha visto un resurgir en su urbanismo y arquitectura durante los últimos 15 años, a raíz de la inauguración del Museo Guggenheim, convirtiéndose en el principal destino turístico del Cantábrico.