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LLEIDA

Huesca

Capital: Lérida
Idioma oficial: castellano, catalán y occitano
Superficie: 12.150 km²
Población (2012): 443.032  hab.
Densidad: 36’46 hab/km²

IPC (2013): 104,124
Número de empresas (2013): 33.836
Tasa Actividad (2013) : 59,21 %

Tasa de paro (2013) :  18,57 %

PIB per cápita (2010): 26.752 euros

Número de Explotaciones (2009) : 20.262

Superficie agrícola (2009): 579.088,13

Unidades ganaderas totales (2009): 1.457.887,04

Total viviendas familiares (2011): 244.841

Total viviendas principales (2011): 171.180

Viviendas secundarias (2011): 36.496

Viviendas vacías (2011): 37.165

 

 

 

 

 

 

 

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Católicos, provocó levantamientos como la Guerra dels Segadors (1640-1651) y la Guerra de Sucesión (1701-1714).

 Así, la Edad Moderna se caracterizó por la recesión, agravados por guerras y enfermedades. La ciudad quedó dañada y Felipe V encontró Lleida en ruinas. Finalmente, con el decreto de Nueva Planta (1714-1716) Lleida perdió las libertades, el régimen foral de la Paeria y la Universidad. La Seu Vella, cerrada al culto desde 1797, pasando a ser un cuartel militar.

 En el s. XVIII la capital recupera su imagen y dimensión; bajo el reinado de Carlos III se construye la Catedral Nueva. Los nuevos planteamientos ilustrados aportaron figuras como Blondel y el Barón de Maials.

 A principios del s. XIX Lleida sufre la invasión napoleónica. El ferrocarril llega a la ciudad en 1860 y en 1864 se inauguran los jardines de los Camps Elisis.

 El comienzo del s.XX supone la reafirmación del Estado Catalán con la Mancomunitat de Catalunya. En 1920 los enfrentamientos sociales llegaron a un punto álgido. La caída de la dictadura dio como resultado un aplastante triunfo electoral de Esquerra Republicana y la proclamación del Estado Catalán dentro de la República Federal Española. Para frenarlo, el gobierno de Madrid se vio obligado a restablecer la Generalitat y la promulgación del Estatuto de Autonomía de 1932. La dictadura franquista, abolió el autogobierno y restringió el uso de la lengua propia. Con la muerte del general Franco, se restableció la democracia y la Generalitat, recuperando Barcelona la capitalidad de Cataluña.

 Territorio pirenaico, los parques naturales constituyen la seña de identidad de Lleida. El Parque Nacional de Saint Maurici, el único de Cataluña o la zona de Cadí-Moixeró, destaca dentro del contexto europeo por su flora y fauna. Existen también importantes iniciativas para el desarrollo como la planta termosolar de Les Borges Blanques, la primera del mundo que combina la tecnología solar con una unidad de biomasa para producir energía eléctrica de forma continua durante todo el año.

  Lleida debe su rica herencia cultural a los diversos pueblos que habitaron este territorio desde la Edad Antigua. Destacan en estos primeros tiempos la tribu íbera de los ilergetas, que fundaron Iltirda ó Iltirta, la actual Lérida, en el s.VI a.C. Estos asentamientos resistieron la invasión romana hasta el año 205, cuando a ciudad pasa a llamarse Ilerda. En este periodo, la capital coordinaba una actividad relativamente importante y fue fortificada.

 Hacia los años 716-719, Lleida fue ocupada por los sarracenos. Con la Reconquista, Lleida pasó a formar parte de la Corona de Aragón, cuando en 1149, Ramón Berenguer IV conquista la capital. En el año 1300, se estableció el Estudi General, el único centro de enseñanza superior de la Corona de Aragón hasta el s.XV. Precisamente este siglo supuso un período de proliferación de grandes obras arquitectónicas en la ciudad de Lérida, tales como el Hospital de Santa María.

 Cabe destacar también la zona del Valle de Arán, cuyos vínculos feudales con los condados pirenaicos aragoneses y catalanes duraron hasta el siglo XII, cuando se integró plenamente en la corona catalano-aragonesa (en 1389, las Cortes de Montsó asignaron el valle al Principado de Cataluña). Los araneses tienen una lengua propia: el aranés, una variante del gascón, de la familia lingüística occitana.

 En 1313, Jaime II ratificó el documento denominado Querimonia, Carta Magna del valle, que permitía la organización del territorio en terçons bajo el gobierno del Conselh Generau d’Aran, institución que mantuvo su autoridad hasta 1835. El Estatuto de Autonomía de Cataluña, de 1979, restituye los derechos históricos de los aráñese, y el 17 de junio de 1991 se reinstauró el Conselh Generau d’Aran.

 La reforma de Jaime I en 1258, dio cierta autonomía al territorio catalán, auqnue no afectó plenamente a la provincia de Lérida. En 1364 se estableció la Generalitat, que se ocupaba de todo el territorio catalán y se encargaba de la recaudación tributaria y la supervisión general del territorio. La unión con Castilla a través del matrimonio de los Reyes
 

 

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